La importancia de la decisión del Supremo
El Tribunal Supremo, en un voto 4 a 3, decidió que el proceso de admisiones de la Universidad de Tejas en Austin (UT) sí cumple el estándar constitucional para usar la raza como componente de las decisiones en cuanto a admisiones a la universidad.
Esta es la segunda vez que el tribunal de más alta instancia del país toma un voto en este caso. La primera vez que vio este caso, Fisher v. University of Texas at Austin, fue en 2013.
Nos es gratificante que el Supremo emitió su fallo a favor de la universidad y de sus esfuerzos para lograr igual oportunidad en la educación al considerar la raza como un factor al momento de admitir estudiantes subgraduados (conocido en inglés como undergraduate). La desigualdad por raza y etnia persisten en nuestro país, en la educación, el empleo, el sistema de justicia criminal y el cuidado de salud.
El Tribunal Supremo y el valor de la diversidad
El Tribunal Supremo una vez más reconoce el valor de la diversidad en nuestra sociedad. Y a su vez sostiene que la raza es una consideración legítima al admitir estudiantes a la universidad, tanto porque este proceso ayuda a combatir el legado del prejuicio y crea un cuerpo estudiantil diverso que beneficia a todos.
El juez Kennedy, en su decisión, enfatizó que “la diversidad toma varias formas”. Las comunidades que representamos conocen bien la importancia de la comprensión, la tolerancia y el orgullo de ser parte de una comunidad que valora la diversidad, la fortaleza y las experiencias que cada uno de nosotros contribuye a la sociedad.
Solo han sido unos días de que un grupo de personas LGBTT, en su mayoría latinos, fue asesinado en Orlando por ser quienes eran. La forma en que el país reconoce la humanidad y dignidad de las personas LGBTT ha ido evolucionado mientras más personas conocen a gente LGBTT en sus familias y comunidades.
Hasta que toda la gente LGBTT y las minorías raciales y étnicas sean aceptadas por completo en todas partes, nunca sentiremos seguridad de verdad.
Si queremos lograr un país mejor para nuestros niños y para nosotros mismos, debemos asegurar que nuestras instituciones educativas, y el mundo en el que están, reúnan a grupos de personas diversas que puedan aprender y apoyarse unos a otros.