El 12 de junio. La fecha de una masacre trágica de 49 personas a manos de un hombre con armas de asalto ha abierto heridas, roto corazones, despertado a una nación y abierto nuestros ojos. También es la fecha que recordaremos como unos de los días más oscuros en Orlando, en la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transgénero (LGBT), en los Estados Unidos, pero particularmente, en Puerto Rico.
Casi la mitad de las 49 víctimas del tiroteo masivo en Pulse, un club gay, eran de Puerto Rico o parte de la diáspora puertorriqueña. Como hombre gay, como puertorriqueño y como parte de esa misma diáspora, no puedo contener las lágrimas al pensar en la manera en que esta tragedia ha impactado a mi gente, las personas LGBT de Puerto Rico, aunque vivan en la isla, en Orlando, en Nueva York o en cualquier otra de nuestras comunidades en los Estados Unidos. Como puertorriqueños LGBT, cuando leímos sus nombres, miramos sus caras, y supimos sus historias, un pensamiento sencillo cruzó por todas nuestras mentes: Soy yo. Mientras Puerto Rico y su diáspora se unen para lamentar está perdida de vida, Lambda Legal y yo estamos de luto en conjunto con las personas LGBT de Puerto Rico.
Cuando pienso en las vidas inocentes perdidas en la masacre de Orlando y todas las vidas que han sido impactadas por este acto, siento físicamente mi corazón quebrantar y pienso por solo un momento, “¿cuándo triunfaremos?”
La discriminación y violencia son muy conocidas para las personas LGBT en Puerto Rico y por toda América. Aun cuando logramos victorias monumentales, como la igualdad en el matrimonio, estamos enfrentados con el vitriolo y la discriminación intencional por oficiales electos y los que distorsionan la religión para justificar sus prejuicios personales.
Por ejemplo, en Puerto Rico, candidatos para puestos electivos hacen promesas de discriminar contra de la comunidad LGBT para ganar favor con algunos votantes; la policía discriminatoriamente acosa a hombres gay por medio de operaciones encubiertas, levantando cargos falsos que luego son despedidos; y los asesinatos y asaltos de mujeres transgénero y transexual son rutinariamente ignorados por las autoridades y permanecen irresueltos.