Preguntas y respuestas sobre el acceso al cuidado de salud relacionado con la transición de sexo
La disforia de género es un diagnóstico médico, reconocido por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders o DSM por sus siglas en inglés), que es la enciclopedia de diagnóstico oficial de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense (APA por sus siglas en inglés). Este manual lo identifica como “un trastorno que puede ocurrir conjuntamente con la inconsistencia entre el género que le fue asignado a una persona, y el género que esta persona siente o expresa”. La Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud reconoce que la disforia de género (anteriormente llamada trastorno de identidad de género o GID por sus siglas en inglés) se “caracteriza por una persistente e intensa ansiedad respecto al sexo asignado, junto con el deseo de ser, o la insistencia de que uno es, del otro sexo”.
La Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés) emitió en 2008 una resolución que establece que la disforia de género (en ese entonces conocida como GID, por sus siglas en inglés) es un “trastorno médico grave” con síntomas que incluyen “ansiedad, disfunción, depresión debilitante y, en el caso de algunas personas que no tienen acceso al cuidado de salud y tratamiento médico adecuados, la posibilidad del suicidio y de la muerte”.
En 2013, el término disforia de género reemplazó al llamado trastorno de identidad de género, o GID, en el manual DSM. La APA explicó que “reemplazar el término 'trastorno' por 'disforia' en el diagnóstico no solamente es más adecuado y consistente con la terminología médica habitual sobre asuntos de sexualidad, sino que también elimina la connotación de que el paciente está 'trastornado'.” La APA sostuvo que le preocupaba que al “eliminar completamente este proceso como diagnóstico psiquiátrico –según sugerían algunas personas– se pusiera en riesgo el acceso al cuidado de salud… Muchas de las opciones de tratamiento para este proceso incluyen la terapia hablada, la terapia hormonal, la cirugía de reasignación de sexo, y la transición social y legal al género deseado. A fin de obtener cobertura de seguro para los tratamientos médicos, es necesario un diagnóstico.”
No, porque no todas las personas trans sienten la ansiedad asociada con la disforia de género ni requieren de una transición médica.
El tratamiento para la disforia de género consiste en la combinación de tres terapias: tratamiento hormonal, cirugía de reasignación de sexo y/o experiencia de vida real (vivir durante un tiempo de acuerdo con la identidad de género propia). Cada paciente debe ser evaluado en forma personalizada y se requiere de una opinión médica experta, tanto para hacer un diagnóstico como para determinar el tratamiento a seguir. No hay una fórmula preestablecida para la transición de sexo.
Estos protocolos de tratamiento están descritos en las normas de atención médica publicadas por la Asociación Profesional Mundial para la Salud de las Personas Trans (World Professional Association for Transgender Health o WPATH por sus siglas en inglés), la cual mantiene al público actualizado sobre el “consenso profesional acerca del tratamiento psiquiátrico, psicológico, médico y quirúrgico de la disforia de género.”
Sí, los médicos han determinado que tales tratamientos son necesarios desde una perspectiva clínica para muchas personas. La AMA emitió en 2008 una resolución que reconoce “una base establecida de investigación médica” que “demuestra la eficacia y la necesidad, desde una perspectiva clínica, de servicios de salud mental, terapia hormonal y CRS como formas de tratamiento médico para muchos pacientes a quienes se les ha diagnosticado disforia de género”. Diversas organizaciones médicas han emitido políticas similares, entre ellas la Asociación Estadounidense de Psicología, la Academia Estadounidense de Médicos Familiares, la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales y la WPATH. Puedes consultar el texto completo en inglés aquí.
Los tribunales han dictaminado en repetidas ocasiones que estos tratamientos pueden ser necesarios desde una perspectiva clínica y han reconocido la disforia de género como un proceso médico legítimo que constituye una “necesidad médica importante” (lee sobre el éxito de Lambda Legal en el caso Fields v. Smith, solo en inglés). Además, los tribunales han resuelto que la psicoterapia por sí sola no es tratamiento suficiente para la disforia de género y que, en el caso de algunas personas, la CRS podría ser el único tratamiento eficaz.
No. El mito de que el cuidado de salud relacionado con la transición de sexo es “cosmético” o “experimental” es discriminatorio y no concuerda con los conceptos médicos actuales. La AMA y la WPATH han rechazado específicamente estos argumentos, y los tribunales han respaldado tal conclusión. Por ejemplo, en el caso O’Donnabhain v. Commissioner, presentado por la organización Gay and Lesbian Advocates and Defenders (GLAD), el Servicio de Impuestos Internos (IRS por sus siglas en inglés) perdió su argumento de que tales tratamientos eran cosméticos y experimentales cuando una mujer trans dedujo el costo de su CRS como gasto médico.
Sí. La psicoterapia, la terapia hormonal, la cirugía para aumentar o retirar los senos, las histerectomías y otros procedimientos suelen estar cubiertos en caso de condiciones de salud no relacionadas con la disforia de género, pero son a menudo denegados si están relacionados con la transición de sexo.
Tales exclusiones no permiten que se haga evaluaciones médicas personalizadas, según recomiendan la AMA y otras organizaciones médicas profesionales. Tales exclusiones podrían además ser anticonstitucionales porque niegan la atención a un grupo de personas en base a su identidad. En el caso de personas encarceladas, los tribunales han descrito estas políticas generales como “indiferencia deliberada” y han determinado que violan la prohibición constitucional según la Octava Enmienda, de que se apliquen castigos crueles e inusuales.
A algunos empleadores les preocupa que la cobertura del cuidado de salud relacionado con la transición de sexo aumente el costo de las primas de seguros, pero hay información que demuestra que no es así. Si bien el costo es prohibitivo a nivel personal, es mínimo cuando lo asume un plan de seguro médico, debido a que la disforia de género es poco común.
Por ejemplo, San Francisco, que fue la primera ciudad estadounidense en ofrecer cobertura para el cuidado de salud relacionado con la disforia de género, rápidamente se dio cuenta de que el cambio no les costaría nada a los empleados municipales. Luego de cuatro años, en que la ciudad pagó solo 11 solicitudes relacionadas con la disforia de género, el cargo adicional que los empleados habían estado pagando para cubrir el cambio en la póliza se redujo a cero. Sencillamente no había necesidad del cobro extra, porque el costo para cubrir dichas solicitudes era mínimo.
Por otro lado, no proporcionar tratamientos para la disforia de género puede desembocar en una carga pesada para el sistema de cuidado de salud. Según la AMA, “retrasar el tratamiento (para la disforia de género) puede causar y/o agravar otros importantes y costosos problemas de salud, tales como algunos trastornos derivados del estrés, la depresión y problemas con el abuso de sustancias.
Sí, un creciente número de empleadores, entre ellos Nike, Microsoft y Google, se encuentra a la vanguardia en esta área. Han eliminado exclusiones obsoletas y discriminatorias del cuidado de salud relacionado con la transición de sexo, y ofrecen cobertura a personas transexuales, transgénero y que no se rigen por estereotipos de género como parte de una serie de iniciativas que se enfocan en la diversidad. Aetna, Cigna y Blue Cross/Blue Shield son algunos de los proveedores que ahora ofrecen cobertura médica relacionada con la transición de sexo, aunque corresponde a cada empleador asegurarse de que sus planes la incluyan. Para obtener más información, visita este recurso en inglés de la Human Rights Campaign.
- Obtén una copia de tu póliza de seguro médico para determinar si tiene cláusulas de exclusión discriminatorias. De ser así, investiga cuál es el proceso para apelar la denegación de cobertura. Es probable que necesites proporcionar documentación escrita de tu doctor de que este tratamiento es necesario para ti desde una perspectiva clínica.
- Usa las declaraciones oficiales de cualquiera de las siguientes organizaciones médicas profesionales como apoyo a tu argumento, en el cual estableces que el cuidado de salud relacionado con la transición de sexo no es cosmético u opcional y debería tener cobertura:
- American Academy of Family Physicians (Academia Americana de Médicos Familiares)
- American College of Obstetricians and Gynecologists (Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos)
- American Medical Association (Asociación Médica Americana )
- American Psychological Association (Asociación Americana de Psicología)
- American Psychiatric Association (Asociación Americana de Psiquiatría)
- National Association of Social Workers (Asociación Nacional de Trabajadores Sociales)
- World Professional Association for Transgender Health (Asociación Profesional Mundial para la Salud de las Personas Trans)
- Comunícate con la Línea de Ayuda de Lambda Legal (llamada gratuita al 866-542-8336 o www.lambdalegal.org/es/linea-de-ayuda)
Sí; las personas encarceladas que necesitan cuidado de salud relacionado con la transición de sexo a menudo se encuentran a la merced de políticas de tratamiento obsoletas, además de ser vulnerables a acosos provenientes de los funcionarios de las cárceles o de otros reclusos. Bajo estas condiciones extremas, muchas personas encarceladas se lesionan a sí mismas y algunas llegan al punto de intentar extirpar sus propios genitales, lo que puede poner sus vidas en peligro.
Pero muchas personas trans han logrado demostrar que necesitan atención médica en prisión, argumentando que la falta de esta atención viola la prohibición según la Octava Enmienda, del uso de castigos crueles e inusuales. En el caso Fields v. Smith (solo en inglés), por ejemplo, Lambda Legal representó a una mujer trans encarcelada en Wisconsin, que había recibido terapia hormonal durante años, antes de que la legislatura estatal aprobara una ley, en 2006, que eliminaba el cuidado de salud relacionado con la transición de sexo para personas recluidas en cárceles estatales. Ningún otro estado tiene una ley similar. Los síntomas de la interrupción del tratamiento y los horribles efectos físicos y mentales que inevitablemente siguieron a este cambio de política fueron devastadores para esta mujer.
En 2010, un tribunal federal de distrito de EE. UU. se pronunció a favor de la reclusa y estableció que dicha ley violaba la Octava Enmienda de la Constitución, porque “la decisión respecto a si un determinado tipo de tratamiento o cirugía es ‘necesario o no desde una perspectiva clínica’, recae sobre el médico del paciente”. El tribunal determinó que la ley de Wisconsin también violaba la cláusula de protección igualitaria de la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, porque les negaba a las personas con GID encarceladas muchos de los mismos tratamientos médicos que sí estaban permitidos para reclusos con otros diagnósticos. El tribunal determinó que las personas trans deben tener el mismo acceso a una evaluación personalizada de sus necesidades médicas y psicológicas, y también a las opciones adecuadas de tratamiento, que tienen las personas no trans que se encuentran en situaciones similares. Lambda Legal busca que se logre que el Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito confirme esta decisión final.
Para obtener más información, comunícate en español con la Línea de Ayuda de Lambda Legal.