“Dejé mi casa cuando tenía 19 años y sigo tratando de valerme por mí misma. He estado en albergues donde tanto gays como heterosexuales me han acosado. Una vez estaba caminando alrededor del West Village con un amigo, cuando unos policías nos pidieron nuestra identificación. Uno de los policías dijo, frente a otras personas, ‘vas a tener que aclarar esto, John’ –el nombre que aparecía en mi documento de identidad. Fue realmente vergonzoso.
Decidí hacer la transición en noviembre de 2010. Había trabajado por un año y medio en un lugar de comida rápida, pero a medida que avanzaba la transición los cambios empezaban a notarse. Cuando fui a trabajar vestida de mujer, me despidieron.
Mi madre me ama, eso lo sé, pero también le preocupa lo que otra gente pueda pensar.
Quiero ser un ejemplo para la comunidad trans y quiero demostrarle al mundo que somos simplemente personas. Vivir mi vida como mi verdadero yo –como Krystal– no es siempre fácil, pero no creo que exista otra opción.”