Conceptos básicos sobre ser lesbiana, gay, bisexual, transexual o transgénero (LGBTT, por sus siglas)
En los últimos años se ha normalizado el uso de las iniciales “LGBTT” para denominar de forma igual a todas las personas y comunidades que se identifican como lesbianas, gay, bisexuales, transexuales o transgénero, o aquellos que tienen dudas sobre su orientación sexual e/o identidad de género. Otras veces podrás ver las letras ordenadas como GLBTT.
A continuación encontrarás información sobre cada uno de los términos incluidos bajo las iniciales LGBTT:
- Lesbiana: una mujer que siente atracción emocional, romántica y sexual hacia otra mujer.
- Gay: un hombre o una mujer que se siente atraído emocional, romántica y sexualmente hacia otra persona del mismo género; algunas personas solo utilizan el término en referencia a los hombres gay. Es preferible utilizar la palabra gay en vez de la palabra homosexual, palabra que tiene referencias clínicas y que algunas personas encuentran ofensivas.
- Bisexual: un hombre o una mujer que tiene una atracción emocional, romántica y sexual hacia personas de ambos géneros.
- Transexual y/o Transgénero (también se usa Trans): es un término general que describe a las personas cuya identidad de género, el sentido interno de ser hombre o mujer, es diferente del sexo asignado al nacer. Las personas que no se rigen por los estereotipos de género son personas cuya identidad de género es diferente de las expectativas relativas al sexo que les ha sido asignado al nacer. Todos tenemos una orientación y una identidad de género. La identidad de género no es igual a la orientación sexual. Las personas trans pueden identificarse como heterosexuales, lesbianas, gay, bisexuales, o con dudas.
- Aquellos con dudas (Questioning en inglés): una persona, a menudo un adolescente, que puede tener dudas sobre su sexualidad o identidad de género. Algunas personas con dudas eventualmente se consideran LGBT; otras no lo hacen.
Aproximadamente del 5 al 10% de la población es lesbiana, gay, bisexual o trans.
Muchas personas LGBTT reportan que tenían conciencia de su orientación desde muy temprano en su niñez, mucho antes de sus primeras experiencias sexuales. Otras personas pueden no tener conciencia de su orientación sexual o identidad de género hasta más adelante, como adultos. Nunca supongas que una persona es “demasiado joven” o “demasiado adulta” para reconocer que es LGBTT.
No todos los jóvenes LGBTT se identifican como tal y muchos pueden esconder que son LGBTT, preocupados por su seguridad o privacidad. Del mismo modo, algunas personas que son percibidas por otras como LGBTT, de hecho no lo son. La única forma de saber con certeza si alguien es LGBTT es si esa persona te lo comunica abiertamente. Hasta entonces, nunca partas de mitos y estereotipos sobre las personas LGBTT para formar suposiciones sobre la orientación sexual o identidad de género de alguien. Sin embargo, si conoces a un joven que está sufriendo hostigamiento o maltrato porque está siendo percibido como LGBTT, es imprescindible que intercedas de inmediato sin antes tratar de determinar si el joven de hecho es LGBTT. La meta es ser abierto y aceptar a todas las personas, e indicarles a aquellos que pudieran ser LGBTT que eres una persona en quien ellos pueden confiar y quien los protegerá del discrimen y el maltrato.
Todavía no se entienden bien las razones por las cuales algunas personas son LGBTT y otras no. Lo que sí se sabe es que la orientación sexual y la identidad de género por lo general han demostrado ser inmutables a las intervenciones para modificarlas. De hecho, las llamadas terapias reparativas o de conversión para cambiar la orientación sexual de una persona que se siente atraída por personas de su mismo sexo, han sido criticadas por todas las organizaciones de salud mental como ineficaces y potencialmente perjudiciales. Además, es incorrecto suponer que todas las personas LGBTT han sufrido traumas o agresiones. Las personas LGBTT existen en todo el mundo y a lo largo de la historia, aunque el concepto de identificarse como LGBTT ha sido un desarrollo reciente.
El ser LGBTT no significa padecer de una enfermedad mental.
Ser LGBTT no es un trastorno mental o físico, y los profesionales de la salud mental no consideran que la orientación sexual hacia el mismo sexo sea ni dañino ni indeseable, ni falto de intervención o prevención. Es parte esencial de la identidad de una persona, como la orientación heterosexual para una persona heterosexual. En algún momento del pasado, la homosexualidad se clasificó incorrectamente como una enfermedad mental. Una extensa investigación demostró que esta suposición era falsa. En consecuencia, en 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association) desclasificó la homosexualidad como una enfermedad y la eliminó del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM por sus siglas en inglés). Todas las organizaciones profesionales más importantes de salud mental, incluyendo la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association), la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association) y la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales (National Association of Social Workers) desde hace tiempo han reconocido que ser lesbiana o gay no obstaculiza una vida feliz, sana y productiva. Además, concluyen que la inmensa mayoría de las personas lesbianas y gay tienen un desempeño normal en la vasta gama de instituciones sociales y relaciones interpersonales.
La confusión de identidad de género es una condición médica diagnosticable.
Algunas personas transgénero califican bajo el diagnóstico de trastorno o disforia de identidad de género (llamado Gender Identity Disorder en inglés o GID por sus siglas). Para reunir los requisitos de diagnóstico necesarios en el Manual diagnóstico y estadístico-IV, una persona debe mostrar pruebas de una significativa y persistente identificación con el género opuesto, una incomodidad persistente con el sexo asignado al nacer y muestras clínicas de angustia o discapacidad en áreas importantes de desempeño. Ya que este trastorno o disforia se reconoce como una condición médica, algunas personas trans han argumentado con éxito que están amparadas por las leyes estatales en contra del discrimen que requieren que se hagan los ajustes posibles para las personas con discapacidad. Por lo tanto, negarles a las personas trans el derecho de vestir de acuerdo con su identidad de género, representa discrimen por discapacidad. Algunas personas trans preferirían que el trastorno o disforia de identidad de género se descalificara como enfermedad, al igual que lo fue la homosexualidad. Es importante entender que una vez que las personas trans puedan expresar su identidad de género, tienen la posibilidad de vivir vidas felices y plenas.
Adaptado de Vamos al grano: herramientas para apoyar a la juventud en custodia del estado, Liga Americana de Protección de Menores (Child Welfare League of America) y Lambda Legal (2006, actualizado en español en 2013).
Para más información, comunícate en español con la Línea de Ayuda de Lambda Legal.